De pronto, las luces del día se escapan e irrumpen las sombras.
Aparecen los duendes de la noche; ángeles, demonios.
Meretrices e infelices comparten un mismo suelo,
una única luna.
Se confunden. A veces no se sabe quien es quien.
Si el que ríe llora por dentro, o si el que llora
tiene la dicha encerrada sin lamento.
Despecho vil despecho.
Forastero que llegas sin invitación, sin aviso.
!Coño! por lo menos pídeme permiso.
Será el despecho divino, de vírgenes o dioses,
o un legado del vino.
!Sufre pa que goces!
Rumba, amiga.
Compañera inseparable.
Si no te encuentro, te busco.
Del dicho al hecho, dicen: sólo hay un trecho.
Y aquí lo que sobra es despecho.
Y si la rumba es vida,
y la vida dicha y lamento, entonces, que siga, que no pare…
!Qué viva el despecho!
Hindu Anderi
Escrito en 1995
viernes, 7 de marzo de 2008
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